miércoles, 22 de febrero de 2012

Gente sin nombre.


El otro día me pasó algo muy curioso que me gustaría contaros. Estaba cenando en un restaurante cuando entró una mujer muy silenciosamente. La mujer ofrecía unos monederitos que habían hecho personas que viven en la calle. Estaban hechos con materiales reciclables, como tetrabrikes, goma-espuma,... La mujer se acercó muy respetuosa hacia nuestra mesa y nos explicó porqué ayudaba a los indigentes y porqué les ayuda a hacer manualidades. Nos contó que estas personas a la hora de hacer este tipo de manualidades sienten que hacen algo importante con su vida y muchas veces esto les ayuda a salir adelante.
Me llamaron mucho la atención las cosas que la mujer decía y las historias que esta contaba. Era una mujer muy dulce y muy apasionada. Nos hablaba con una voz muy suave, intentando molestarnos lo menos posible mientras cenábamos. Agradecí muchísimo y me encantó la charla que tuve con la mujer y que las cosas que esta pudo enseñarme en diez minutos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario